La unidad de tarificación empleada para elaborar un presupuesto puede variar mucho entre una empresa y otra (palabra, línea, página, etc.). La palabra original es la unidad de tarificación más fiable, puesto que partimos del texto original ya producido y nos permite además analizar el texto con herramientas TAO y aplicar los descuentos correspondientes. En todo caso, solicite todos los presupuestos con la misma unidad de tarificación para poder compararlos correctamente.
La norma UNE-EN 15038 de Servicios de Traducción especifica que todas las traducciones tienen que ser revisadas por un segundo traductor. El principio de "cuatro ojos ven más que uno" es irrenunciable en cualquier traducción de calidad.
Si se utilizan herramientas TAO suelen aplicarse tablas de descuentos en función del nivel de repetitividad del texto. Cuando se solicita un presupuesto, conviene preguntar por dichas tablas de descuentos. Asimismo, si la empresa de traducción utiliza programas de traducción automática, debe existir un post-editor encargado de corregir el texto producido por la máquina.
La cantidad de traductores que participan en una traducción influye sobre la calidad de dicha traducción: cuantos más traductores, más difícil conseguir una calidad homogénea. La cantidad de traductores que intervienen puede verse en los plazos de traducción facilitados por la empresa. Teniendo en cuenta que un traductor profesional puede realizar entre 2.500 y 4.000 palabras al día para producir una traducción de calidad, si la empresa nos da 2 días de plazo para traducir 10.000 palabras, esto significa que intervienen como mínimo 3 traductores en la traducción (1,5 días traducción + ½ día revisión).
Como en todos los sectores, hay muchos tipos de empresas de traducción, por lo que conviene asegurarse de qué empresa hay detrás de qué precio. Desafortunadamente, la ausencia de un colegio oficial de traductores permite que cualquier persona pueda abrir una empresa de traducciones: sin titulación, sin experiencia, sin siquiera conocimiento de los idiomas ofertados. Por ello conviene asegurarse de que la empresa es seria, comprobando entre otros si cuenta entre su personal con traductores, revisores, terminólogos, correctores de concepto y gestores de proyecto.
La empresa debe tener implantado un sistema de protección de datos así como los procedimientos de confidencialidad oportunos. Antes de encargar un trabajo de traducción con contenido delicado, deben formalizarse los acuerdos de confidencialidad oportunos.